Todo comenzó en 2011, cuando mi hija estaba a punto de empezar primer grado. Como madre trabajadora con niños pequeños, cada tarea extra en mi agenda se sentía como un desafío. La compra del uniforme escolar, con sus largas filas y el tiempo perdido, me hizo preguntarme: ¿no debería haber una manera más fácil para todas las madres?
Fue entonces cuando surgió la idea de crear una solución que simplificara la vida de las familias durante la vuelta a clases. Decidí lanzar mi propia marca de uniformes escolares, centrada en ofrecer comodidad y durabilidad a precios accesibles. Desde el principio, mi objetivo era claro: proporcionar uniformes que resistieran el ritmo diario de nuestros hijos, quienes los usan intensamente durante todo el año escolar.
Al principio, fue muy difícil!. En 2011, no era tan común comprar online y convencer a las madres de probar esta opción fue todo un reto. Sin embargo, con perseverancia y educación sobre los beneficios de esta modalidad de compra, poco a poco comenzamos a ganar la confianza de las familias.
El punto de inflexión llegó durante la pandemia, cuando las compras online estaban a la orden del día. Esto no solo impulsó nuestro negocio, sino que también validó nuestra visión inicial de proporcionar una alternativa conveniente y segura para las familias.
Los valores fundamentales de nuestra marca siempre han sido la simplicidad y la calidad. Queremos que cada padre y madre pueda enfrentar la vuelta a clases con tranquilidad, sabiendo que nuestros uniformes resisten el desgaste diario de la vida escolar.
A lo largo de los años, hemos visto crecer nuestra comunidad de clientes y colegios. Cada nuevo colegio que se suma a nuestra lista es un logro que celebramos, porque significa que estamos cumpliendo nuestra misión de manera efectiva.
Hoy, mirando hacia atrás, me siento orgullosa del camino recorrido y emocionada por el futuro de nuestra marca. Seguiremos comprometidos en ofrecer lo mejor a las familias que confían en nosotros para vestir a sus hijos día tras día, año tras año.
